El proyecto de Diana Coca en la sala de La Fragua de Tabacalera hasta el 3 de septiembre, gira en torno a la relación entre el cuerpo y las herramientas de control construidas a su alrededor; un cuerpo objeto y sujeto de protocolos, convenciones, espacios sociales, políticos, culturales, religiosos... Cuerpos que muestran el malestar por la opresión de un orden social, un orden marcado por dicotomías excluyentes que hacen imposible la integración de lo múltiple, y que niegan los estados fronterizos.
Where is Diana? muestra una Diana Coca escurridiza e intrépida que nos invita a seguirla por diferentes escenarios cargados de riesgo y contradicción. Diana repta, huye, se esconde, se camufla, avanza sin miedo, se enfrenta a los obstáculos y traza un recorrido temerario que no entiende de fronteras ni restricciones. Artista, mujer y heroína, en ningún momento escatima ni un ápice de atrevimiento para evidenciar los peligros que coartan la libertad del individuo. Siempre, eso sí, sin olvidar el humor.
En palabras de la artista, "nos estamos convirtiendo en seres fronterizos, cyborgs entre la tecnología y la animalidad, la apoteosis del límite en una sociedad multicultural, deshumanizada y monitorizada. Mi proyecto se desarrolla en la frontera de EEUU y México, donde seres humanos migrantes viven en el límite de la legalidad, en riesgo de exclusión social, perdiendo sus vidas debido a la deshidratación, hambre, disparos de las patrulleras estadounidenses, explotación de los narcotraficantes, traficantes de seres humanos… La frontera y sus habitantes son como heridas abiertas, viviendo dentro y fuera al mismo tiempo. Estas series de foto-performances son una articulación ético-estética, que cuestionan la situación en la que viven millones de personas alrededor del mundo. Sin ir más lejos tenemos una situación paralela en el Mediterráneo, la gran frontera entre África y Europa, o en China donde viví al borde de la legalidad debido a las nuevas estrategias de control ideológico, persecución y regulación gubernamental del gobierno chino para sabotear la estancia de extranjeros en el país, sobretodo enfocado a trabajadores freelance relacionados con profesiones creativas."
La ruptura de límites preestablecidos como uno de los ejes central de la exposición va mucho más allá de lo territorial para adentrarse en temáticas de género o cuestiones más personales. Hay un planteamiento feminista que se nutre de la teoría de la performatividad de Judith Butler para cuestionar los gestos y comportamientos estereotipados ligados a la heteronormatividad. Por otro lado, la artista se enfrenta a su propio muro emocional que la había llevado hacia la incomunicación. “El viaje en un primer momento te libera, pero luego hace justo lo contrario, te empieza a atrapar en el nomadismo. Genera soledad interna a nivel de intimidad, todos son personas de paso. Pasé de ser la Diana que creaba comunidad a aislarme y dejar de reconocerme a mi misma. Tenía que cambiarlo”.
En “Where is Diana?” la artista se reencuentra a través de una multiplicidad de identidades que pone al alcance del espectador.